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Esperanza Fernández está de estreno. Presenta "Recuerdos", el segundo disco de su carrera. A pesar de llevar más de 20 años dedicada al flamenco en cuerpo, alma y voz esta gitana morena de rasgos marcados, fuerte presencia y corazón trianero tan solo ha pasado en dos ocasiones por el estudio de grabación. Confiesa que no le atrae especialmente convertirse en un producto destinado a rellenar las estanterías de los grandes almacenes. Lo suyo va más allá, lo suyo es el cante en vivo y en directo, el contacto cara a cara con el público.
¿Cuéntanos cómo es tu nuevo disco, "Recuerdos"?
Es parte de mí, parte de mi familia, parte de mi infancia. Está todo ahí metido. Hay muchos recuerdos. Desde "Manolito Reyes" que lo cantaba mi abuela, y está dedicado a ella, hasta los tangos del Titi, que yo los recordaba de cuando era chica, en mi barrio de Felipe II de Sevilla.
En este disco está mi alma, está mi infancia, está mi corazón. Es un disco absolutamente personal, cargado de recuerdos.
¿Qué tipo de flamenco podemos encontrar en él?
Es un disco de flamenco tradicional y con letras populares, excepto una, el fandango de Huelva, cuya letra está hecha absolutamente para mí, habla incluso de mí. Lo demás son todo letras populares, que las conoce todo el mundo, las conoce el pueblo.
Son temas de toda la vida y yo los he hecho como yo los siento y como mi corazón me ha dicho que lo haga, como mi voz suena… El flamenco es libre y cada uno lo exterioriza y lo dice de una manera.
El disco está producido por el guitarrista José Antonio Rodríguez, ¿cómo ha sido el trabajo con él?
Ha sido muy fácil porque yo tenía muy claro lo que quería hacer. Fue sentarme y contarle la historia y él lo vio enseguida. Él sabía perfectamente lo que tenía que hacer porque era un flamenco tradicional y no se pueden poner cosas encima porque se emborronaría la raíz.
No cabía más nada, tan sólo eran necesarias unas buenas guitarras y las hay. La mayoría de los temas los toca José Antonio, excepto la soleá y las cantiñas que las toca Miguel Ángel Cortes, la seguiriya que la toca mi hermano Paco y el himno de los gitanos que lo toca Dorantes al piano.
Ya desde la portada se deja patente tu sello sevillano y trianero.
El disco es de todo. De Sevilla porque yo soy de Sevilla. De Triana porque yo me bauticé en la Esperanza de Triana y porque mi Puente de Triana tenía que salir.
Aunque ahora vivo en otra zona me siento muy arraigada a ese barrio. Cuando me quiero tomar un café me voy a Triana y veo a la gente de toda la vida. Eso me relaja, me tranquiliza mucho y me trae muy buenos recuerdos.
¿Cómo es ese flamenco de Triana?
Por edad yo no conocí la época de los patios. Pero en mi mente está por como mi abuelo y mi padre me hablan de esos patios y de como la gente se reunía, cantaba y bailaba allí. Me contaron que la boda de mi abuelo duró tres días y las gitanas estaban vestidas todas con mantones de Manila que trajo Pastora Imperio.
Es como una película que está rodando en tu cabeza porque te lo está contando una persona muy cercana. Lo estás viviendo tanto que te lo puedes imaginar. Es como si yo hubiese estado allí.
¿Y todo eso sonaba o suena de una forma especial?
El flamenco suena especial en la boca de cada persona. No porque sea de Sevilla uno canta mejor que uno de Madrid o de Badajoz. Cada uno tiene una forma de decir el flamenco, cada uno tiene un público y él es el que decide.
Cuando los conciertos se te llenan es porque eres bueno y a la gente le gusta lo que haces. Seas de Sevilla, seas de Utrera, seas de Barcelona o de cualquier otro lugar.
El flamenco es libre.
Han pasado ya 6 años desde tu primer y hasta ahora único disco, ¿por qué has tardado tanto tiempo en volver a grabar?
Han sido un cúmulo de circunstancias. Yo realmente puedo sentirme muy orgullosa porque no he sido un producto discográfico. Llevo desde los 16 años, y ahora tengo 41, trabajando toda mi vida.
Son más de veintitantos años en el mundo del flamenco y he trabajado en todas las partes del mundo sin tener ningún disco en la calle. Por lo tanto me puedo sentir orgullosa de que no he sido ningún producto.
Todo ha sido a base de conciertos, y conciertos, y conciertos… de echar las entrañas y el corazón en cada concierto. Y cuando he visto que es oportuno y me he querido dar el capricho, porque este disco es un capricho mío, pues lo he hecho.
¿Cómo ha evolucionado tu cante y tu forma de entender el flamenco en estos años?
Todos estos años de actuaciones me lo han dado todo. Me ha aportado seguridad, madurez y mi voz está mucho más hecha. El ser madre también ha sido tener muchas cosas controladas en mi vida y en mi cante, porque eso me ha dado muchísima serenidad y mucha sobriedad.
Al llevar tantos años sé realmente lo que quiero y no me dejo manejar por nadie. Soy yo misma y eso se nota a la hora de subirte a un escenario y darlo todo.
¿Y a partir de ahora, vas a seguir combinando el flamenco tradicional con colaboraciones con músicos de clásica y jazz o te vas a dedicar sólo al flamenco puro y duro?
Yo siempre canto flamenco tradicional, yo soy flamenca y canto flamenco. Sí es verdad que estoy muy metida en historias diversas para las que la gente me llama, como el mundo de la música clásica por ejemplo.
Yo no canto clásico, yo presto mi voz flamenca a una orquesta. Canto a Falla porque Falla escribió "El Amor Brujo" para Pastora Imperio, para una gitana, para una voz flamenca. No todos los clásicos se pueden adaptar a una voz flamenca pero hay otras que sí.
Sea con una orquesta de 150 músicos clásicos o con un grupo de jazz yo lo que canto es siempre flamenco. Lo que pasa es que, por fortuna, Dios me ha dado un oído y una facilidad para poder captar y comunicar con todo tipo de músicos. Quizá sea fácil trabajar conmigo cuando la gente me llama, porque puedo ser muy lista a la hora de coger la música y además mi voz se presta para todo ello.
Además yo me siento muy a gusto. En mis conciertos yo hago flamenco tradicional y a mí me da un respiro que la gente me llame para un concierto de jazz o de clásica. Eso es una satisfacción. Ahí nos damos cuenta de que el flamenco es tan rico y tan increíble que casa y mezcla perfectamente con todo.
¿Cuáles son tus principales referentes y maestros a la hora de cantar?
Yo me he mirado en muchos espejos. Una buena referente como mujer y como todo ha sido la Niña de los Peines. Fíjate, en aquella época no estaba bien visto que una mujer fuese artista. Ella fue una gran luchadora y gracias a la Niña de los Peines ahora hay muchas mujeres que son artistas y cantoras.
Ella es uno de los espejos en los que no sólo y me miro. Muchas mujeres y muchos hombres se miran en ella porque era una voz superprivilegiada. También están Antonio Mairena, Fernanda, Bernarda,… yo es que me miro en todos, porque todos siempre me dejan un algo que yo puedo coger para mí.
esflamenco.com
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